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En los últimos trecientos sesenta y cinco días que hemos vivido con la pandemia, nadie se hubiera imaginado que la vida de todo ser humano, tomaría un giro diferente en este planeta bendito donde vivimos. Cada hogar tiene historias que contar, unas muy conmovedoras, unas tristes, otras con finales sorprendentes. Familias que ya no están, amigos, vecinos. Mucha gente perdió la batalla contra la enfermedad. Hoy, la incertidumbre continúa, porque no hay solución para declarar al planeta libre del virus.

La Biblia nos enseña una historia para meditar, no importando las circunstancias Dios es fiel. La vida de este personaje fuera de serie, que fue íntegro en todo momento, mantuvo su fe, y le creyó a Dios. José, era su nombre,  muy amado por su padre se había vuelto el hijo preferido, lo que ocasionó odio entre sus demás hermanos. Los celos y envidia llenaron los corazones de ellos, al punto de querer matarlo, pero lo vendieron como esclavo por veinte monedas, nunca más lo volverían a ver, según ellos. Pero los planes de Dios eran otros y nadie se imaginó el poder que iba a llegar a tener en Egipto, que fue a donde lo llevaron. Solo tenía diecisiete años, un adolescente.

Un país extraño con costumbres diferentes, idioma, cultura y religión. José no se imaginó cuáles eran los planes de Dios, eran planes de bien y no de mal. Él se convertiría en el salvador de una nación en época de crisis.

 José fue tentado en Egipto por una mujer casada y estuvo  a punto de acceder a esos deseos pecaminosos que ella provocó.

No cayó a la tentación, que es la clave para que una vida sea bendecida. Meditemos en Deuteronomio 28: habla de bendiciones en la tierra para los que obedecen y escuchan la Palabra de Dios, será bendito el fruto de su vientre, bendita la canasta, bendición sobre graneros, bendición a toda obra de nuestras manos y mucho más.

Deuteronomio también hace la advertencia a quien desobedezca a la voz de Dios. Todo lo que bendijo lo cambia a maldición. José escogió lo mejor, aun en medio de las circunstancias, lo mejor era obedecer a Dios y no pecar. Pudo escapar de la seducción femenina y eso le ocasionó ir a prisión, pero no le importó porque su actitud y comportamiento no defraudaron  a Dios.

Tres enseñanzas que aprendemos de José:

  • Confió en Dios: Dios tenía el control de la vida de José y tenía otros planes para él. Lo cuidó aunque fue vendido como esclavo: Génesis 37:28 y lo cuidó el resto de su vida Génesis 45:5
  • Fue Integro: Fue un hombre rescatado a pesar del sufrimiento que vivió: Génesis 39:21-23
  • Mantuvo su fe: Llegó a ser gobernador de Egipto. Preparó a una nación para enfrentar una hambruna: Génesis 41:40-41.

Así que, no dudemos que Dios está de nuestro lado, mantengamos nuestro actuar en rectitud. Confiemos siempre en Él, seamos íntegros y mantengamos la fe. Digamos no a la tentación.

Author

Lesbia Rodríguez

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