Creo que es un bálsamo al corazón, cuando tomamos un café con un buen amigo. Una buena conversación, risas, llantos, aventuras, experiencias, anécdotas, consejos, secretos, preguntas y tantos temas que pueden surgir, mientras disfrutamos ese café con un amigo.
Pero, ¿alguna vez has considerado tomarte un café con Dios? Sí, literalmente tomar un café con Dios. Creo que podría haber muchos factores por los que no lo hemos considerado. La más simple podría ser, porque ni siquiera concebimos la idea que Dios se tome un café con nosotros. Podemos percibir a Dios como alguien muy ocupado y lejano. Podríamos sentir que a Dios lo encontramos sólo en el templo o sólo en nuestro lugar de oración, o en nuestro cuarto. También, podríamos sentir que Dios no tomaría un café con nosotros porque hemos cometido errores, porque hemos pecado, porque no somos lo suficientemente puros o dignos. Podemos pensar que hablar con Dios es una serie de pasos o rituales que tenemos que cumplir, y así, muchas ideas más.
Sin embargo, todas estas ideas son barreras mentales, autoimpuestas o impuestas por el enemigo, que únicamente nos distraen y nos alejan de una de las experiencias más hermosas que podríamos vivir con Dios.
En Juan 15:15 (TLA), nos dice: “Ya no los llamo sirvientes, porque un sirviente no sabe lo que hace su jefe. Los llamo amigos, porque les he contado todo lo que me enseñó mi Padre.”
Tal como con un verdadero amigo, podemos acercarnos en cualquier circunstancia, sin importar la situación emocional, espiritual o mental, en la que nos encontremos, porque Dios nos recibe con los brazos abiertos, por amor y por gracia. Así como alguien que te ama, de igual forma, Dios está atento a platicar contigo, escucharte, compartir y hablarte. Mientras tomamos un café, se está tejiendo una relación que crece a través de la comunicación, la confianza y compartir tiempo juntos.
El versículo Jeremías 33:3 (TLA) es emocionante, porque nos dice: “Llámame y te responderé. Te haré conocer cosas maravillosas y misteriosas que nunca has conocido.” Mientras tomas un café con Dios, puedes contarle cómo te sientes, compartir todo lo que está ocupando tu mente y corazón, o compartir cosas muy simples de tu rutina diaria. Luego, tómate el tiempo de escuchar lo que Él tiene que decir, porque Él también te hablará. Escribe todo pensamiento que venga a tu corazón, pueden ser frases, canciones, versículos, imágenes y así, fluirá tu conversación con Dios. Cada vez, anhelarás más “juntarte” a tomar un café con Dios, porque será bálsamo a tu alma y corazón, y sentirás cómo crece tu relación con Él.
Hoy, Dios te dice: ¿aceptas tomar un café conmigo?
Maury Arrecis
agosto 5, 2020WOW! Que palabras más sorprendentes y retadoras Hania. Y creo que tienes razón, nunca había contemplado tomarme un cafecito con mi padre celestial.
Gracias por ser instrumento de Dios y por tus palabras a mi alma y Espíritu.
Y por supuesto que acepto esa invitación de Dios…
Gracias
Alba Trujillo
agosto 5, 2020OMG!! QUE HERMOSO HANIA LA VERDAD ES QUE TODO LO QUE MENCIONAS ES REAL, GRACIAS PORQUE APARTIR DE HOY TOMARE UN CAFÉ CON DIOS… BENDICIONES
HANIA
agosto 6, 2020Un abrazo, Alba, estoy segura que disfrutarás ese cafecito!!
HANIA
agosto 6, 2020Es Dios llamando a sus hijos. ¡Dios te bendiga!
Víctor Hugo Recinos Salas
agosto 6, 2020Precioso mensaje hija se nota como uno pierde su
tiempo en cosas vanas, y afanes de la vida cuando hay cosas tan hermosas como lo que compartiste, creemos que a Dios solo lo podemos tener en cosas importantes pero realmente nos muestras que E l debe ser nuestra prioridad y que nuestra comunión con El debe de ser todos los días en todos nuestros actos. Le invitare a hacer ejercicios cada día. Un abrazo.
Patricia Kruck
agosto 6, 2020Gracias por compartir Hania, es muy claro que compartes tu experiencia y deseas que otros puedan tenerla también, porque es el tiempo más maravilloso que podamos tener, y al que quizás le restamos en lugar de sumarle. Creo que es un mensaje de Papá para nuestras vidas, dignas de tomarlas en cuenta. Te quiero mucho.
Ana Gloria
febrero 22, 2024Hermoso mensaje y excelente para meditarlo. Que bueno que hoy el Señor me permitió encontrar esta pagina. Gracias
Dios te bendiga