Todo Mejorará

Como cristianos, sabemos que uno de los cimientos de nuestra vida es la fe.  Tal como dice 2 Corintios 5:7, “Vivimos por fe, no por vista”. Sin embargo, ¿realmente vivimos por fe y no por vista? 

Cuando nos encontramos en una circunstancia crítica, en problemas económicos, en depresión, desempleo, atravesando un divorcio, distanciados de nuestros hijos, con enfermedad, con angustia, cuando es difícil ver más allá de nuestras circunstancias, ¿vivimos por fe? 

Justo en esos momentos de incertidumbre es cuando este versículo cobra vida y nos da esperanza, recordándonos que somos hijos de un Dios sobrenatural.

El camino de la fe no es lineal. Por el contrario, experimentaremos momentos de intensa fe y momentos donde creemos que nada va a cambiar, así como los momentos entre esos dos extremos. 

Pero nuestro Padre sabía que así sería, por ello dice en Santiago 1:3 que la fe produce constancia.  Nos corresponde como hijos de un Dios sobrenatural, creer, porque nuestra mente no tiene la capacidad de entender ni descifrar los planes que Dios tiene para nosotros. 

No podemos siquiera imaginar cómo cambiará nuestra circunstancia, es más, muchas veces dudamos que la pueda cambiar. 

Pero, una vez que se ha pasado la prueba o se ha avanzado en las circunstancias, al ver hacia atrás, podemos ver cómo en un orden perfecto y sobrenatural, incluso sin darnos cuenta, Dios ha estado con nosotros y fue cambiando nuestra circunstancia y principalmente, nuestro corazón.

Esto es lo que las Escrituras dicen: «Ningún mortal ha visto, ni oído, ni imaginado las maravillas que Dios tiene preparadas para los que aman al Señor» (1 Corintios 2:9 NBV).  Tener fe es un acto de obediencia que da frutos, porque produce constancia, paciencia, forma nuestro carácter, fortalece nuestra relación con Dios y nos quita las cargas que no nos corresponde llevar. 

Como hijos de un Dios sobrenatural, nos corresponde cumplir con las instrucciones que nos ha dado, tanto las que encontramos en su Palabra, como aquellas que Él ya ha puesto en nuestro corazón para nuestro caso particular, y Él se encarga del resto.

Debemos aceptar, que tal como lo indica el versículo, no vamos a entender los planes de Dios, pero que al vivir por fe, podemos descansar tranquilos, confiando en que Él tiene planes maravillosos: primero para transformar nuestro corazón, y luego, para formar nuestra capacidad de recibir las bendiciones que Él considere que son las mejores para nuestra vida. Hoy, recuerda, ¿cuáles son aquellas instrucciones que aún no he cumplido?  Proponte cumplirlas, y te aseguro que verás circunstancias cambiadas en tu vida.

Author

Hania Krück

Comments (2)

  1. Lilian de Morales
    octubre 28, 2020

    Cada prueba es un escalón más hacia la fé 🙏🙏🙏🙏❤

  2. Maury Arrecis
    octubre 28, 2020

    Fantástico artículo, definitivamente guiado por el Espíritu Santo.
    Han llegado en un justo momento, momento de necesidad y fortaleza.
    Gracias Hania por dejarte usar y hacerme escuchar la voz de Dios.

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