Las Promesas de Dios

“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.” (Hebreos 11:4-11 RVR1960)

Todos hemos leído este capitulo maravilloso que trata de la fe. La fe como un acto de obediencia, la fe sobrenatural, podemos leer todas las grandes promesas hechas a siervos y escogidos de Dios. Es increíble leer sobre todos los milagros sobrenaturales que vivieron cada uno.

Nos llena de fe y esperanza creer en que Dios cumple sus promesas y realmente es así, Dios no miente, El es bueno y fiel para darnos y cumplir lo que nos ha prometido. 

Pero a lo largo del capítulo leemos no solo la parte que Dios hace, sino algo muy importante: los procesos, los actos de fe y obediencia que tuvieron estas personas. Cada uno tuvo que dar algo, dejar sus propios caminos, dar un paso de fe, hacer un sacrificio, rendirse totalmente delante de Dios.

Creo que nosotros también tenemos promesas por cumplirse, estamos atentos esperando el cumplimiento de alguna promesa en alguna área de nuestra vida, tal vez personal, sentimental, financiera, laboral, de salud, etc. Estamos expectantes para recibir lo que anhelamos, pero la pregunta es: ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a dar? ¿Cuántos estamos dispuestos a rendir nuestra voluntad para hacer la voluntad del Padre?

Las personas que recibieron una promesa de parte de  Dios  estuvieron dispuestas a dar algo, a sacrificar e incluso a morir a sí mismas para recibir lo que Dios tenía para ellos. Y fue allí, en el proceso, donde recibieron lo más importante: UN ENCUENTRO CON DIOS. Sus vidas nunca fueron las mismas después de haber vivido ese camino junto a Dios, y el cumplimiento de la promesa se dio primero en sus corazones para luego verlo con sus ojos.

A veces nos preocupamos más por lo que Dios nos va a dar, y nos olvidamos de vivir el camino con Él. Estamos más afanados por las promesas de Dios, que por conocer AL DIOS DE LAS PROMESAS. 

Es en el camino de rendición al Señor, que conocemos a nuestro Padre, nuestro corazón es transformado y a través del proceso vivimos las promesas de Dios en nuestro corazón.  En este tiempo honremos al Dios de las promesas, soltemos el control y rindamos nuestra vida a Él, bendigamos el proceso y dejemos que el cumplimiento se haga a Su manera. 

Author

Andrea Yon

Comments (2)

  1. Lilian de Morales
    abril 14, 2021

    Amén, porque es en los procesos donde conocemos más el poder de Dios y donde crece más nuestra fé. ❤❤💪

  2. Rosita Yon
    abril 14, 2021

    Al recibir la promesa, tenemos por fe creer que ya esta cumplida. El Señor sabra por el proceso que pasaremos para verla cumplida en su tiempo.

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